Cuando trabajas en un proyecto en primera línea de mar, el propio proyecto te pide potenciar las vistas, la luminosidad, captar la esencia mediterránea, transmitir la tranquilidad del mar dentro de la casa. Y eso es lo que hemos hecho en esta reforma de una vivienda de los años 70, donde un antiguo pasillo largo y estrecho ha sido el eje vertebrador de la nueva distribución: hemos apostado por las curvas para dar ligereza y flexibilidad al espacio. La zona de día se ha resuelto con espacios abiertos con conexión visual hacia el exterior, y la zona de noche queda en la parte posterior de la vivienda.